Lagunas de Ruidera ruta nocturna
"Cuenta la leyenda que hace mucho, mucho tiempo, existía un bosque al que la luna no quería iluminar y donde se escondía para que nadie la pudiese mirar. Las noches eran oscuras, pues ni siquiera las estrellas se querían asomar.
Allí vivía una familia de lobos, todos blancos como la nieve, bueno, todos menos el pequeño de la camada, al que se conocía como Patas Negras, pues sus pequeñas patas eran negras como el carbón. Él era un lobo al que no le gustaba estar todo el día jugando y correteando, era un animal muy curioso, a quien no le daba miedo la oscuridad.
Una noche, en la que Patas Negras andaba investigando, le pareció ver un pequeño destello de luz sobre el oscuro lago, alzó la vista y descubrió algo en el cielo, se subió a una colina y allí comenzó a aullar. Con tanto ruido, la luna decidió asomarse para ver quien la intentaba llamar.
Patas Negras quedó fascinado por la belleza de la luna y con sus aullidos le regalo su eterna amistad. Y así, noche tras noche, el lobo subía a la colina para aullar a la luna.
Las noches de luna llena, la luna le sonreía, para mostrar al joven lobo, lo feliz que le hacía su compañía.
Todos pensaban que Patas Negras era muy raro, pues nadie entendía que se pasase toda la noche sólo, frente a la luna, aullando. Aunque nadie se quejaba de la preciosa luz que, cada noche, la luna les regalaba. Al joven lobo le daba igual lo que los demás pensaran, la luna era su amiga y eso era lo único que a él le importaba.
Una noche, Patas Negras no pudo ir a su cita con la luna, estaba un poco enfermo y su madre le dijo que debía quedarse en la madriguera, para descansar y recuperarse; La luna, al no ver a su amigo el lobo, se puso muy triste y se cubrió de nubes.
Así, pasaron varias noches, la oscuridad volvió al bosque y los lobos no sabían porque la luna escondida ya nunca les sonreía.
Cuando Patas Negras se recuperó, volvió a subir a la colina para aullar a su buena amiga la luna. Ésta, al darse cuenta de que el pequeño lobo había vuelto, decidió apartar a las nubes para poder ver a su amigo del alma. Todos los lobos se dieron cuenta de que, gracias a Patas Negras, la luna sonreía de nuevo y, con sus reflejos, las noches ahora eran mucho más hermosas. Un día, alguien preguntó al joven lobo cómo consiguió que la luna le regalase su luz. Patas Negras contestó –La encontré escondida y con mucho cariño la cuidé. La aullé para que supiera que era su amigo y así, sin más, nació nuestra amistad-."
Nosotros ya vamos teniendo una edad impropia para cuentos… pero hay que mantener la ilusión y un poquito de la ingenuidad de los niños; Las noches de luna llena en el campo se prestan a recordar historias, que aún comprobada su falta de veracidad, deben servirnos para imaginar otros mundos, otras situaciones y lugares mágicos.
Este año volvemos en Tomesenda a recorrer a la luz de nuestro satélite el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, con tranquilidad, en buena compañía, sin prisa y contando aventuras reales o inventadas.
Comenzando nuestro caminar desde la Laguna San Pedro, recorreremos los márgenes de la Lengua, Salvadora, Santos Morcillo y Colgada. Ascenderemos a varios de los miradores para contemplar la puesta de sol desde las alturas.
La Casa de las Hazadillas y su cañada, la Laguna del Rey y el pueblo de Ruidera completarán un paseo que merece la pena.
Nos detendremos a mitad del recorrido para tomarnos un pequeño refrigerio, y la cerveza/helado final relajados con la grata compañía de la gente de Tomesenda, en la Plaza de Ruidera.
INFORMACIÓN DE INTERÉS
Salida desde TOMELLOSO en c/ Amalia Cepeda, 10 (Domicilio Social de Tomesenda).
Sábado día 1 de julio a las 20:30 Horas.
Longitud total de 10 Km y dificultad BAJA.
Es conveniente alguna luz para zonas de sendas y bajadas.
Llevar bebidas y algún tentempié que tomaremos a media ruta.
LA SALIDA DE REGRESO ES ESTIMADA Y SE CALCULA SOBRE LAS 02:00 Horas.
NO FALTÉIS.
Pilar y Juan José